¡Hola a todos! Bienvenidos a mi portafolio, mi nombre es Paula Martín Díaz, y soy estudiante de 4º de Magisterio de Educación Infantil. Este blog consiste en un portafolio de la asignatura de “Literatura infantil y animación a la lectura”, en el que pretendo plasmar todos los conocimientos y experiencias que ésta me aporte.
Para empezar, me gustaría empezar hablando acerca de mi autobiografía lectora.
En primer lugar, considero que desde pequeña he tenido una muy buena relación
con la lectura, y de eso le tengo que dar las gracias a mis padres. Recuerdo
cómo desde que yo no sabía aún ni leer, ellos me leían un cuento todas las noches,
lo que hacía que mi interés hacia la lectura se despertase. Cuando me fui
haciendo mayor, siempre he recibido como un regalo especial los libros, y leer
era algo que me apasionaba. Recuerdo tener una gran colección que pasaba desde “Las
Aventuras del Capitán Calzoncillos” hasta “La vuelta al mundo de la hormiga
Miga”, pasando por “Kika Superbruja”.
Sin embargo, a pesar de esta afición que tenía, el paso de los años me fue
alejando cada vez más y más de la lectura, hasta que llegó el punto en el que
ésta desapareció de mis hábitos. Fue precisamente en la etapa de secundaria
cuando esto sucedió, y cuando aparecieron las típicas lecturas obligatorias del
instituto que consiguieron hacerme odiar la lectura. Desde ese momento, leía
por obligación libros que no me gustaban y que no me hacían despertar mi
antigua afición.
No fue hasta la etapa universitaria, hace aproximadamente 1 año, cuando recapacité y me propuse como reto retomar mi hábito por la lectura. Y, en parte, esta motivación vino de la mano de la pregunta que se nos planteó en clase: “¿Creéis que un docente tiene que tener hábito lector?”. A la que mi respuesta es: rotundamente sí. Yo sentí vergüenza por querer ser maestra y no tener una buena relación con la lectura, por lo que, para intentar retomar mi afición, intenté empezar leyéndome un libro que pensase que me iba a gustar. Quizá no era el mejor libro, ni el mejor género, ni la mejor historia contada, pero conseguí mi objetivo.
A partir de entonces, no he parado de leer, y trato de mantener la motivación y el hábito a base de constancia y de sacar un ratito, al menos, todas las semanas, para seguir sumando libros a mi estantería. A partir de esto, mi objetivo no es sólo tener el hábito de lectura por entretenimiento, sino por ampliar mi cultura y conocimientos.
Por lo tanto, concluyendo la pregunta “¿Creéis que un docente tiene que tener hábito lector?”, considero que un docente ha de tener un gran bagaje cultural en lo que a literatura infantil se refiere, de manera que conozca fábulas, cuentos populares, poesía, etcétera.
Por último, en esta primera entrada me gustaría plantearme un reto lector, que en mi caso será conseguir leerme 1 libro cada mes o cada dos meses como máximo. De esta manera, creo que mantendré la constancia, ya que solo con constancia se crean los hábitos.
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